“La sociedad debe construir un paradigma del buen trato hacia la Niñez y la Adolescencia”

El Observatorio de los Derechos de la Niñez –ODN– de la Coordinadora Institucional de Promoción por los Derechos de la Niñez –CIPRODENI– presentó la mañana del martes 3 de septiembre, su Boletín de Análisis n°. 10, que evidencia el “Continuum de la Violencia” contra la niñez y la adolescencia en Guatemala; especialmente contra las niñas y las adolescentes mujeres.
Las muertes violentas de niñas y adolescentes mujeres subieron 16.2% en el primer semestre de 2019, al compáralo con el mismo período de 2018. La cantidad de niñas y adolescentes sometidas a violencia sexual subió 8.4%, en el mismo período. Durante el primer semestre de 2019, hubo 721 niñas de 10-13 años embarazadas por violencia sexual; un promedio diario de 4 niñas.
“Nos preocupa el ascenso de estos indicadores de violencias contra la Niñez y la Adolescencia en general; pero, particularmente los relacionados con las niñas y mujeres adolescentes, porque cada vez mueren más chicas por causas violentas, hay más registros de niñas y adolescentes maltratadas, se incrementó la cantidad de chicas sufriendo embarazos forzados y violaciones sexuales”, cita el boletín.
Otto Rivera, Secretario Ejecutivo de CIPRODENI, habló de la urgencia de que la sociedad guatemalteca promueva un cambio de paradigma sobre el trato hacia las chicas y chicos. “Necesitamos transitar de una sociedad que reproduce la violencia, hacia una donde prive el buen trato. Necesitamos una nueva cultura política donde sea factible vivir desde el horizonte de la dignidad. La construcción de nuevos sujetos sociales, implica a las NNA, como actores plenos de derechos”, dijo Rivera.
La Socióloga feminista, Silvia Trujillo, y la consultora independiente, también feminista y comunicadora, Karen Ramos, advirtieron que en un contexto patriarcal, machista y misógino los cuerpos de las niñas y los niños son considerados objetos y sometidos a ese continuum de la violencia que está documentado con las cifras estadísticas que recoge el Boletín de Análisis n°. 10 del ODN.
“Estamos hablando de historias, de vidas de chicas y chicos que han sido truncadas y violentadas”, sentenció Ramos, quien, además consideró fundamental atender la salud mental de las adolescencias, frente al incremento de adolescentes muertos por ahorcadura. En el primer semestre de 2018 hubo 55 casos, mientras que en el mismo período del año en curso, las muertes por esta causa que reportó el Instituto Nacional de Ciencias Forenses -INACIF- llegaron a 78.
“Hasta que no hagamos un cambio de paradigma nos tendremos que seguir enfrentando a estas cifras. Si estos datos no nos conmueven profundamente tenemos que revisarnos como humanidad”, concluyó Trujillo.
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